Corrupción





















Corrupción, s. En biología social, dícese de aquella simbiosis que se establece entre los negocios y la política, y cuyas características más definidas son: la invisibilidad, la utilización de todos los recursos públicos precisos para fines privados, el reparto insaciable, el derecho de admisión limitado y, llegado el caso, la extorsión. En ocasiones alguno de estos componentes desequilibra la relación biológica establecida, bien porque se rompa el pacto de silencio, porque la codicia se vuelva más exigente o porque los beneficios no alcancen los objetivos previstos. Es de señalar que suceda lo que suceda a continuación los miembros que han formado parte de dicha simbiosis, al menos aquellos más consolidados, salen con la cabeza bien alta y sin mayor incidencia respecto a la salvaguarda de buena parte de sus bienes.   



3 comentarios:

  1. Los partidos políticos fomentan la corrupción (se cuece en su propio caldo como habas de consabido poder carminativo -flatulencias democráticas que suenan a oligarquía-). Los partidos políticos no sirven, se sirven. ¿Para cuándo una derogación de partidos y una caída de las falsas instituciones? Cualquier otra cosa que mínimamente nos represente será mucho más válida.

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    1. José Luis Álvarez9 de octubre de 2013, 21:58

      Discrepo de una crítica demediada de la corrupción. El dinero y el poder están donde están. Esos núcleos son los que tientan, atraen y compran a algunos políticos, como compran a otros empresarios, a militares, a funcionarios o a eclesiásticos. No creo que los partidos sean más o menos corruptos que otros estamentos. Ah, claro, como antes de la democracia no había partidos...Sí, había uno único, y otra serie de organismos que se las traían, pero el ambiente mafioso y oprobioso no podía salir a la luz so pena de...

      Usemos la cabeza, por favor.

      Se agradece la ironía de este blog.

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  2. Usemos la cabeza: una falsa democracia no es mejor que una dictadura. En una dictadura sabríamos contra qué luchar, dónde está el cáncer. Lo que tenemos ahora no es más que una dictadura travestida de plebiscito (si me lo permites, una "dictadura eufemística"). La corrupción es el alma de todos los partidos. Un político es un corrupto vestido para la ocasión (y ya sabemos que a la Ocasión la pintan calva). Ironicemos: solo conocemos la cabeza del iceberg, pero hemos chocado contra él y estamos zozobrando.

    Agradezco también tu crítica (siempre es interesante cotejar diferentes puntos de vista).

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