Onomatopeya





Onomatopeya, s. Popurrí vocal que tenemos los humanos  a través del cual pretendemos dialogar con los animales o hablar en su nombre sin el menor recato ni pedirles consentimiento. No conformes con oralizar, al modo que percibe nuestro oído, que varía según lenguas y culturas de la madre tierra,  los maullidos, ladridos, mugidos o gruñidos, osamos a veces representar también el sonido del gozne de una puerta, el de una campana o el alevoso motor de explosión de un vehículo con el consiguiente resultado ridículo cuando no estremecedor. Está tan extendida esta práctica conversacional que algunos filólogos de la posmodernidad la llaman ya metalenguaje, por lo que no es de extrañar que en ocasiones llegues a una casa y solo escuches de los miembros de la familia un concierto de sonidos animales, vegetales o artificiales entremezclados que, sin querer, te arrastra y en el que acabas entrando inadvertidamente al trapo.


4 comentarios:

  1. Sí, cuando una dice "haz memoria de lo que fuimos" se olvida de que a algunos es mejor no alentarlos a recordar.
    maldita especie actual.
    ¿será que seremos ya otra?... o.O

    ResponderEliminar
  2. Guau!, esto que escribes es...buf! tan real...el corazón me hace bum-bum cuando veo cómo aciertas. Aiiii, diablillo, tú sabes. :)

    ResponderEliminar
  3. Distintas maneras de comunicación para un mismo LENGUAje.
    Cariños.
    mar

    ResponderEliminar
  4. Miau, miaaaauu, miiiiiiaaaauuuuu...
    En el metalenguaje de los filólogos postmodernos más o menos significaría que has dado en el clavo, o el maullido, ve tú a saber.
    Algunos humanos perciben las diferentes tonalidades del maullido, por ejemplo, y traducen a los supuestos deseos gatunos; oséase, interpretan, curiosamente, bastante bien.

    ResponderEliminar